El retrato se basó en la reproducción de seis fotografías originales de Cindy Sherman, una de las fotógrafas norteamericanas más respetadas del siglo XX. Su sello auténtico era posar para sus propias fotografías, en las cuales aparecía disfrazada personificando distintos personajes, en su mayoría mujeres. Muchos críticos afirman que al estar disfrazada de otras personas, no puede considerarse como autorretratos. De una u otra forma, a través de éstas Cindy Sherman se atrevió a plantear difíciles e importantes preguntas sobre el papel y la representación de las mujeres en la sociedad, los medios de comunicación y la naturaleza de la creación del arte. En su mayoría los personajes que encarna la fotógrafa en sus obras son mujeres que pertenecen a la industria cinematográfica de los años 30 y 40.

 

Si bien el papel femenino cambió a lo largo de la historia, es interesante cómo lo demuestra Cindy Sherman en sus producciones, sacando a la luz la imperfección de la típica ama de casa, la soledad e insatisfacción que sufrían dichas mujeres que solían ser representadas por Hollywood como los modelos de perfección y éxito.

 

Hoy en día, donde el feminismo cobra fuerza minuto a minuto, es interesante retomar el valor y la originalidad de esta fotógrafa para transmitir un mensaje que, en su época, no muchos querían reconocer.

 

Es así como se preseleccionan seis imágenes de ésta fotógrafa y se plantea reproducirlas de manera exacta. Dicha selección de las imágenes originales se basó en la situación de la mujer en la casa, distintas actitudes, distintos escenarios, pero siempre reflejando el papel de la misma en su sociedad. Tanto el tratamiento estético como el técnico de las fotografías se definió respetando el criterio de las imágenes referentes.

 

A continuación se presentan las imágenes originales a la izquierda y a la derecha la reproducción realizada por mi.